lunes, 5 de septiembre de 2011

Fui al mar



Un día decidí ir al Mar.
En el camino, el Sol rebotaba en el verdor de los árboles y el negro del pavimento. El calor me empezaba a sofocar.

Al llegar, estaba enceguecido por el resplandor. Las nubes a lo lejos eran pinceladas blanquecinas en un profundo azul. El mar espumoso lamía esporádico la arena.

Me senté bajo una palmera protegiendo mi torso blancuzco de la inclemencia solar.

Noté como el Mar podía sacar pequeñas piedritas y que cuando se retiraba el agua, las piedritas hacían un bailecito y se sumergían en la arena mojada. Me acerqué a ver de qué se trataba todo eso. Descubrí unos moldecitos tringulares de dos mitades que sacaban la lengua. Muy maleducados.

Pronto descubrí que cavando un pequeño hueco aparecían varios de esos animalitos sacalengua. Había unos que no eran triangulares sino ovalados y con zurcos desde el centro a los bordes y también como más gorditos.

En uno de los hoyos que hice el agua se puso más oscura, cuando el agua se retiró pude ver que había una tabla de madera en el fondo. Empecé a cavar para descubrirla completamente y cada vez que avanzaba un poco me confundía porque creía que ya llegaría a sus bordes y me sorprendí al ver que había un contorno donde podía sentarme de piernas cruzadas y caber completamente. Era la concha de uno de estos sacalengua tan grande como para hacer una pequeña balsa.

Desenterré la inmensa lámina del sacalenguas y me adentré al mar remando sobre ella.

martes, 29 de marzo de 2011

Exito

En qué momento nos hemos convertido en vigilantes de los conceptos sociales es difícil de decir. Si fue primero el comportamiento raro de uno y luego el rechazo propio a través del rechazo social o fuimos primero nosotros en rechazar conductas "inapropiadas" por referencia de los padres, maestros, adultos. Y somos vigilantes no precisamente porque estemos imponiendo orden y diciendo en voz alta todo el tiempo cual es el comportamiento correcto, tiene que ver más bien con los ligeros gestos de emoción o desaprobación que día a día incluimos en las conversaciones triviales del día. Todo el tiempo vigilamos inconscientemente, resultado: la sociedad y sus valores son parecidos a nosotros porque nosotros nos parecemos a eso. Este concepto de vigilancia no es mío, Ricardo y yo lo discutimos un poco la última vez que vino y lo sacamos a colación por el tema del éxito.

Todos queremos éxito. Pero definir éxito sin un contexto social es difícil. Imaginemos que todo el éxito posible lo tenemos.

Juguemos con palabras, metiendo éxito en un saco y sacando un sustituto al azar, recordando que tenemos todo el éxito y por ende cualquier sustituto.

Dinero: Todo el que quieras. Sin ir muy lejos, ni todo el dinero del mundo te permitirá ser un buen profesional o un buen padre, porque las decisiones correctas no se compran.

Profesionalismo: Ni todo el profesionalismo te salva de tener que tomar decisiones políticas que te pueden llevar a perder la razón como para querer quitarte la vida.

Libertad: Ni toda la libertad posible puede dejar de alejarte del mundo real y de los problemas cotidianos resueltos a través de pequeñas esclavitudes, el existencialismo es demasiado real para tener tanto tiempo para pensar en él.

Sexo: Banalización total y absoluta lleva poco a poco a la soledad si no consigues el límite del ser.

Igualdad: si se logra totalmente es la represión instantánea de deseos profundamente personaes y procrastinación contínua de la satisfacción propia. No existe deseo capaz de motivar nada en uno mismo.

Seguridad: Recreación infinita de los mismos hechos día tras día en busca del mínimos riesgo y el aburrimiento imposible de esquivar después de matar poco a poco la posibilidad de que algo nuevo pase.



La sociedad nos ha enseñado a compartir el éxito para que los demás vigilantes aprueben. Y aprobamos o desaprobamos todo. Mis amigos, cuando éramos más niños, siempre servían de refugio para evitar juicios, hoy en menor medida también son un refugio (En menor medida porque es difícil que el vigilante no permee un poco nuestra adolescente e inquebrantable rebeldía) Fue la manera más cómoda de decirle a la sociedad que no necesitaría nunca su aprobación porque mi éxito no dependía de aprobaciones de la sociedad hipócrita sino de la gente que es capaz de apreciar en mí el éxito como MI éxito y no como el de ellos. Es una forma compartida de éxito, el triunfo de los deseos del grupo de ser horribles y distintos frente a una sociedad que exige que seas "educado, correcto, serio y mojoneado"

Mi Mamá es exitosa: fue capaz de plantarse frente a la prepotencia, la indiferencia y lo aplastante de un ambiente familiar represivo y machista. Echó a andar su propio camino con rebeldía y formó un hogar lleno de atenciones, conversaciones y tolerancia, a pesar de los ojos vigilantes de desaprobación cargó a cuestas con el peso de un divorcio y los desencuentros de rehacer la vida mientras la sociedad hipócrita daba un espaldarazo y a la vez una zancadilla. Y el resultado, es el éxito que la mayoría añora: un hogar feliz. Pregunten por allí ( y cuando digo pregunten por allí es volteen a ver a su propia familia) y diganme cuántos no desean eso al menos en la intimidad del núcleo familiar.

Exito es lo que los demás desean. El punto es que nadie desea igual que nadie. Por eso los éxitos compartidos saben mejor.

viernes, 25 de febrero de 2011

Llorar

Imagina un anzuelo.

Su punta filosa es capaz de penetrar de manera superficial cualquier piel. Al atravesar músculos o mucosas, lo importante es que si desgarra, lo que consiga a su paso sea suficiente para evitar la ruptura total. Así funcionan los anzuelos, sin piedad hasta romper o poder tensionar.

Cuando lo más profundo de tu ser está conmovido, tu cerebro imagina anzuelos. Son diminutos y entran por tus ojos, pero allí solo arponean unos pocos que van halando con fuerza tus lágrimas. Y como si fueran una multitud en estampida huyendo de una explosión fulminante, se amontonan los microscópicos anzuelos unos sobre otros a través de tu nariz, paladar y garganta. Se afincan súbitamente y su levedad sumada alrededor de tí simula una soga que desborda las dimensiones de tu garganta. Toda la tensión que se ha acumulado es suficiente para sacar tus vísceras.

Y todo tu ser de adentro hacia afuera, arponeado infinitamente es lo que demuestras al llorar.

Lo curioso, es que tales anzuelos, no existen, la tensión no es desde afuera. Llorar es una explosión visceral para poner nuestras entrañas afuera a desintoxicarse y lavarse con nuestras lágrimas.

jueves, 3 de febrero de 2011

Las cosas solo son cursi si no te las dicen a ti

Sin permiso, me permito la ligereza de publicar lo siguiente por dos razones:

1. Es necesario que estas palabras trasciendan la intimidad de una relación ficcional. Dicho de otra manera, en secreto y sin que los demás lo sepan, existe una novela donde lo que aquí ella le dice a él es el detonante del romance perfecto e idílico que vivirán el resto de sus vidas.

2. Irreverencia.



Gracias por escuchar (como siempre) las confesiones y errores de mi vida, de mis odios, mis frustraciones, de mi pelea con el conocimiento y de lo erratica que soy con el conocimiento....confesiones de una desesperacion constante.

Mis autodescripciones de quien soy, de que no me gusta de mi...gracias por escuchar siempre mis desnudos emocionales y psicologicos. por retarme, por hablarme, por responder, por oir, por reirte de mi. Me encanta como eres conmigo.

Mis errores que retumban en mi mente me recuerdan a ti.





Soy una persona hiper complicada....y tu me invitas siempre a describirme, a conocerme mas....y como si eso no fuera demasiado tentador e interesante, ademasssssssss tienes una mente divina que quisiera tener.

Eres divinooooo en el sentido espiritual (de entendimiento de alma)

Contigo me siento libre porq puedo poner mis complejos, mis dudas y mis errores en la mesa y tu me oyes o me induces a seguir contandote quien soy y como pienso y como percibo.

Y siento que me ayudas y que me guias un poco.

Y no se como siendo desastrosa te sigo pareciendo interesante o valedora la pena o creyendo en mi futuro profesional.

No se que tanto mas pueda interesarrte... DE MI.

Tu siempre me haces encontrarme con un lado oscuro de mi pero que al mismo tiempo es lo unico que puedo ofrecer aunq suene feo y eso es mi mente.

Me encuentro conmigo misma cuando hablo contigo Y eso para mi es lo mas valioso de todo, poder conocerme y encontrarme conmigo a traves de ti que eres inteligente, conversador, oidor, analitico, retador etc te adoro como eres.

Porq eres unico y no he conocido a nadie con tus atributos en la medida en que tu los tienes.

Privilegiante.

Eso es.

lunes, 3 de enero de 2011

Embeleco

Del arte de mentir, todos sabemos algo. Es fácil desarrollar esa habilidad siendo niño porque se trata del instinto de conservación, se trata de cubrir las travesuras mintiendo. Nos enseñan a engañar desde que se esconden los rostros detrás de las manos, desde que se quitan la nariz y te la muestran entre los dedos apretados del puño. Y luego aplicando el mismo esquema, algunos castigos pueden evadirse gracias a las mentiras. Se convierte en un arte cuando las historias son más y más complejas, cuando se crean personajes ficticios, cuando los lugares son dignos de este mundo, cuando las personas que conocemos hacen cosas que no han hecho y dicen cosas que no han dicho, cuando desafiamos la lógica de la existencia de las cosas en el tiempo porque son capaces de existir en dos lugares distintos al mismo tiempo.

En persona, algunos son capaces de ver a los ojos y mentir. Otros se esconden con tics y con gestos. Desde lejos, la mayoría miente por teléfono o por escrito. Pero cuando no se trata de mentir en persona o de lejos, es cuando más artístico es nuestro quehacer: mentirse a uno mismo.

Ir desde adentro construyendo una red de transacciones irreversibles para no poder caminar de vuelta a la verdad es el mayor logro de nuestras mentes retorcidas para lograr los embustes a uno mismo. Yo me he perdido en mis propias mentiras, yendo y devolviéndome. Me cercioré de que Hansel no dejara piedras, sino migajas de pan para que los pájaros se las comieran.

Me dijeron hace poco: "qué mentira tan dulce". Dulce como la casa de Galletas de Park Guell. "¿Sabes cuánta azúcar tiene el Nestea?" y me respondí diciendo que no me importa. Y de verdad nunca me va a importar cuánta azúcar tengan las cosas, porque al final ésta me hace feliz, si no, ¿para qué camino hacia allá a comer dulces?

Quiero vivir coherentemente, pero no sé como dejar de mentirme. A partir de hoy dejaré que en mi sueño sean mariposas las que revolotean mi camino a la casa de Galletas porque ellas no comen pan.

Nacionalistas

Estaba leyendo en aporrea.org algunas opiniones de gente que cree en Chavez y la Revolución. En ese portal web se comentan cosas que para mí tienen mucho sentido, en algunas ocasiones no tanto. Y como uno siempre se empeña en ver lo malo, pues comento sobre una de las publicaciones que leí que me llamó mucho la atención. Nicmer Evans al final de una de sus entradas comenta:

"La nueva AN. A horas del inicio de sesiones de la nueva Asamblea Nacional, lamento que la oposición que necesitamos no sea la oposición que tenemos. Que falta hace un debate profundo sobre el país, con una oposición que teniendo la posición ideológica que tenga, sea verdaderamente nacionalista, y con propuestas de país concretas."


Yo también lamento que esa oposición no exista con más fuerza, pero me temo que el debate de las ideas y las propuestas concretas de una oposición nacionalista tampoco existen porque los intentos de que ella surja siempre son opacados por la POSIBILIDAD ¿real o no? de que no sean nacionalistas porque el Presidente los encasilla como traidores, pitiyanquis, cachorros del imperio y un largo etc que todos conocemos. Con esto no estoy excusando a la oposición de sus inmensos errores, sólo estoy diciendo que el oficialismo con su dedo acusador se encarga de asfixiar a "los nacionalistas" haciendo ver que no hay más nacionalistas que ellos mismos. También creo que no basta que a uno le gusten las arepas, la playa, el hablar y el clima para ser nacionalista, hay que creer en un proyecto de país y trabajar por él de alguna forma para ser nacionalista, la contradicción es que si todo, incluyendo las propuestas de país concretas, está motivado por el nacionalismo, este señor socialista está planteando la base misma del capitalismo como motivador de un proyecto de país: el egoísmo. El nacionalismo es una forma de egoísmo, es una forma de preocuparse por ti y por los tuyos, de un modo solapado por supuestos valores sociales superiores, pero al final es egoísmo. No se trata de que el egoísmo sea bueno o malo, como todo, en exceso probablemente traiga problemas, sino preguntenle a los Alemanes. Mi opinión es que el nacionalismo como motivador único de un proyecto de país es insuficiente.


Pero el punto de esto que escribo es más bien resaltar la contradicción de la exigencia de una oposición nacionalista vs. esfuerzos para promoverla en términos honestos. También recordar el arma de doble filo con el que se juega al clamar por nacionalismo exacerbado para un proyecto de país.